lunes, 27 de octubre de 2008

Literatura erótica 5


Durante unos segundos la oyó respirar, deslizarse en el sueño, y cuando quiso darse cuenta estaban adheridos uno al otro como ventosas.Hicieron el amor casi dormidos,sin despegarse,frotándose con una ebria indolencia.Riminí ni siquiera estaba seguro de haberla penetrado.Acabó rápido, más rápido que ella, en todo caso y mientras lo sacudían las convulsiones tuvo la certeza, inexplicable pero muy convincente, de que esa ración de semen que expulsaba a ciegas, sin saber muy bien donde, era la última.Sintió un alivio inmenso, universal,como el que alguna vez había experimentado después de una tormenta salvaje, cuando la lluvia se detuvo y el estrépito del viento volvió a ser un murmullo suave y amigable.
El pasado de Alan Pauls

3 comentarios:

j. dijo...

Ah, sí. Queremos tanto a Alanpóls.

ele de lauk dijo...

Hermoso balcon con bandera ...italiana ?
Ya decadente , como ciertos amores que alguna vez fueron esplendorosos .

pesuniasygarras dijo...

J:es loúnico que leí de él, y me gusto.

Ele:No había onservado ese detalle, si recuerdo algo en su blogg sobre Italia;)

Saludos para ambas