jueves, 16 de octubre de 2008

Literatura erótica 4


Entonces la mano salió del bolsillo con pasos furtivos, se detuvo allí indecisa, después, con repentina prisa por alisar la costura del costado del pantalón, anduvo lentamente hasta la rodilla.Sería más justo decir que se abrió camino, porque para avanzar debía introducirse entre él y la mujer, y fue un recorrido,aún en su rapidez,pleno de ansia y de dulces emociones.
Es preciso decir que Tomagra había echado la cabeza hacia atrás contra el respaldo de modo que hasta se hubiera podido decir que dormía:ésto, más que una coartada en sí, era un modo de ofrecer a la señora, en caso de que su insistencia no le molestara,una manera de no sentirse incómoda, sabiendo que eran gestos separados de la conciencia que afloraban apenas de una capa de sueño.Y desde allí, desde aquella aparente vigilancia de sueño, la mano de Tomagra apretada a la rodilla separó un dedo, el meñique, y lo envió a explorar a su alrededor.El meñique se deslizó por la rodilla de ella que permaneció callada y dócil...
Del cuento "La aventura de un soldado"
Los amores difíciles de Italo Calvino

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY BUEN POST.

eL RELATO MUY BIEN INTEGRADO EN TODA SU EXPRESIÓN CON MUY BUEN MANEJO DE RECURSOS EXPRESIVOS, Y MANTIENE A ATENCIÓN DEL MISMO.

eS AL PRIMERA VEZ QUE LE VISISTO,
E INVITOA VISITAR MIS BLOGS

WWW.PANCONSUSURROS.BLOGSPOT.COM

Y DE AHÍ A MSI OTROS BLOGS
LE SALUDO Y DEJO MI PAZ

MARY CARMEN

pesuniasygarras dijo...

Mary carmen: gracias.La visitare y gracias por pasar.
Saludos